El ojo funciona como una cámara. Tiene dos partes, una lente y una película. La capa de película recubre la pared posterior de los ojos y se llama retina. Tiene arterias que le proporcionan flujo sanguíneo y venas que drenan la sangre. Las arterias y las venas comparten un tubo común. Con el tiempo, las arterias pueden endurecerse y presionar con fuerza las venas. Si se aplica demasiada fuerza, puede causar un bloqueo de una rama de las venas de la retina.
La parte de la retina responsable de la visión central se llama mácula. Un bloqueo de una vena retiniana puede causar una acumulación de líquido dentro de la mácula llamada edema macular. La razón por la que esto ocurre se debe a la falta de flujo sanguíneo a la retina. La retina reconoce la falta de flujo sanguíneo a la retina y crea una hormona que estimula la hinchazón dentro de la retina.
Afortunadamente, esta condición es muy tratable.
Avastin es un medicamento que se inyecta en el ojo y bloquea la hormona indeseable producida por la retina. El bloqueo de la hormona hace que la hinchazón desaparezca.
El procedimiento de inyección del medicamento se llama inyección intravítrea.
Avastin se inyecta todos los meses durante un período de 3-6 meses. Por lo general, hay una mejora muy rápida de la visión dentro de los primeros 3 meses de tratamiento y luego una mejora lenta y una estabilización de la visión a los 6 meses.
Después de un período de 3 a 6 meses, la frecuencia de las inyecciones disminuye lentamente o las inyecciones se detienen por completo. Si las inyecciones se detienen por completo, su oftalmólogo generalmente controlará su ojo para detectar signos de reaparición del edema.
Hay algunos pacientes que solo necesitan unas pocas inyecciones durante todo el tratamiento y otros que necesitan tratamiento cada 4 semanas durante años. Su oftalmólogo no puede saber cuántas inyecciones necesitará. Su oftalmólogo personalizará su tratamiento según las necesidades de su ojo.
Las alternativas a una inyección intravítrea son ningún tratamiento o un procedimiento con láser en el consultorio.
El principal riesgo del procedimiento es el desarrollo de una infección llamada endoftalmitis. Afortunadamente, el riesgo de esta infección es muy bajo y ocurre en aproximadamente 1 de cada 3000 inyecciones. Los pacientes pueden disminuir su riesgo de desarrollar una infección si evitan frotarse, tocarse los ojos o dejar que entre agua en los ojos durante al menos una semana.
La mayoría de los pacientes que se someten a este tratamiento notan una mejora significativa en su visión y se sorprenden de que la inyección se pueda administrar con una incomodidad mínima.
Ahora, hablemos de por qué ocurre esta afección y cómo puede disminuir el riesgo de oclusión de una rama de la vena retiniana en el otro ojo.
Esta condición ocurre debido a un endurecimiento de las arterias. El endurecimiento de las arterias es causado por una combinación de edad, presión arterial alta o colesterol alto. Si bien la diabetes en sí no es un factor de riesgo para la oclusión de una rama de la vena retiniana, puede contribuir al endurecimiento de las arterias. Por lo tanto, normalmente se pide a los pacientes que se sometan a una evaluación de la diabetes. Determinar si estas afecciones están presentes y controlarlas, si existen, disminuirá el riesgo de que la afección empeore o se propague al otro ojo.
Hay una serie de causas poco comunes de esta afección que constituyen una minoría extremadamente pequeña de oclusión de una rama de la vena retiniana. Su oftalmólogo le ordenará un análisis de sangre especial si cree que esta puede ser la causa.
¿A qué deben estar atentos los pacientes?
La nueva aparición de un empeoramiento de la visión borrosa puede ser un signo de aumento de la hinchazón de la mácula. Los pacientes deben comunicarse con su oftalmólogo si notan un empeoramiento de la visión, ya que esto puede ser una señal de que se necesita tratamiento antes de las próximas visitas programadas.
La aparición de muchas moscas volantes puede ser un signo de una pequeña cantidad de sangrado en el ojo que también puede requerir una evaluación y tratamiento antes de la próxima visita programada.
¿Por qué es importante hacer un seguimiento con su oftalmólogo?
La inflamación de la mácula no tratada puede causar pérdida permanente de la visión si está presente durante semanas o meses sin tratamiento.
Se pueden formar nuevos vasos sanguíneos anormales que pueden sangrar y disminuir temporalmente la visión. Su oftalmólogo puede detectarlos en una etapa temprana e iniciar el tratamiento para disminuir el riesgo de pérdida de la visión.
El tratamiento con la duración correcta ayuda a maximizar la visión.
Comuníquese con sus especialistas en atención oftalmológica si tiene preguntas o inquietudes adicionales.