El ojo funciona como una cámara. Tiene dos partes, una lente y una película. La capa de película recubre la pared posterior de los ojos y se llama retina. Tiene arterias que le proporcionan flujo sanguíneo y venas que drenan la sangre. Las arterias y las venas comparten un tubo común. Con el tiempo, las arterias pueden endurecerse y presionar firmemente las venas. Si se aplica demasiada fuerza, puede causar un bloqueo de una vena retiniana.
La parte de la retina responsable de la visión central se llama mácula. Un bloqueo de una vena retiniana puede causar una acumulación de líquido dentro de la mácula llamada edema macular. La razón por la que esto ocurre se debe a la falta de flujo sanguíneo a la retina. La retina reconoce la falta de flujo sanguíneo a la retina y crea una hormona que estimula la hinchazón dentro de la retina.
El tratamiento más eficaz para esta afección es un medicamento que se inyecta en el ojo y bloquea la hormona indeseable producida por la retina. El bloqueo de la hormona hace que la hinchazón disminuya y finalmente se resuelva.
El procedimiento de inyección del medicamento se llama inyección intravítrea.
La inyección generalmente se realiza mensualmente durante un período de 6 meses. La mayoría de los pacientes notan una mejora sustancial dentro de los primeros 4 meses de tratamiento, seguida de una mejora más lenta a los 6 meses después de la primera inyección.
Después de un período de 6 meses, la frecuencia de las inyecciones puede disminuir lentamente o las inyecciones pueden detenerse por completo. Si las inyecciones se detienen por completo, su oftalmólogo generalmente controlará su ojo para detectar signos de reaparición del edema macular.
Hay algunos pacientes que solo necesitan unas pocas inyecciones durante todo el tratamiento y otros que necesitan tratamiento cada 4 semanas durante años. Su oftalmólogo no puede saber cuántas inyecciones necesitará. Su oftalmólogo personalizará su tratamiento según las necesidades de su ojo.
Las alternativas a una inyección intravítrea son ningún tratamiento o un procedimiento con láser en el consultorio. El láser en el consultorio no es eficaz para mejorar la visión en esta afección.
El principal riesgo del procedimiento es el desarrollo de una infección llamada endoftalmitis. Afortunadamente, el riesgo de esta infección es muy bajo y ocurre en aproximadamente 1 de cada 3000 inyecciones. Los pacientes pueden disminuir su riesgo de desarrollar una infección si evitan frotarse, tocarse los ojos o dejar que entre agua en los ojos durante al menos una semana.
La mayoría de los pacientes que se someten a este tratamiento notan una mejora significativa en su visión y se sorprenden de que la inyección se pueda administrar con una incomodidad mínima.
Ahora, hablemos de por qué ocurre esta condición y cómo los pacientes pueden disminuir el riesgo de una oclusión de la vena central de la retina en el otro ojo.
Esta condición ocurre debido a un endurecimiento de las arterias. El endurecimiento de las arterias es causado por una combinación de edad, presión arterial alta, diabetes o colesterol alto. Los pacientes que no tienen estos diagnósticos deben ser examinados por su médico de atención primaria. Es importante que estas condiciones estén bien controladas, si están presentes. Esto reduce el riesgo de que la oclusión de la vena retiniana empeore o se produzca en el otro ojo.
Hay una serie de causas poco comunes de esta afección que constituyen un porcentaje extremadamente pequeño de las oclusiones de la vena central de la retina. Su oftalmólogo le ordenará un análisis de sangre especial si cree que esta puede ser la causa.
¿A qué deben estar atentos los pacientes?
La nueva aparición de un empeoramiento de la visión borrosa puede ser un signo de hinchazón en la mácula. Les pedimos a los pacientes que se pongan en contacto con su oftalmólogo si notan un empeoramiento de la visión, ya que esto puede ser una señal de que se necesita tratamiento.
La aparición de muchas moscas volantes puede ser un signo de una pequeña cantidad de sangrado en el ojo que también puede requerir una evaluación y tratamiento antes de la próxima visita programada.
El dolor ocular intenso y persistente y el dolor de cabeza pueden ser un signo de aumento de la presión ocular que requiere evaluación y tratamiento de inmediato.
¿Por qué es importante hacer un seguimiento con su oftalmólogo?
La inflamación de la mácula no tratada puede causar pérdida permanente de la visión si está presente durante semanas o meses sin tratamiento.
Se pueden formar nuevos vasos sanguíneos anormales que pueden sangrar y disminuir temporalmente la visión. Su oftalmólogo puede detectarlos en una etapa temprana e iniciar el tratamiento para disminuir el riesgo de pérdida de la visión.
El tratamiento con la duración correcta ayuda a maximizar la visión.
La mayoría de los pacientes con esta afección experimentan una mejora significativa en su visión.
Espero que esta información le haya resultado útil.
Comuníquese con sus especialistas en atención oftalmológica si tiene preguntas o inquietudes adicionales.